
Vivo en Barcelona desde principios de septiembre y aprovecho cada
día para conocer a mucha gente y encontrar nuevos sitios, bares, restaurantes y
mucho más en los que puedo disfrutar de mi estancia. Me encanta Barcelona, pero
ahora, después de 9 meses, puedo decir que de
lo que estoy realmente harta es la impuntualidad de los españoles y los
horarios de las tiendas. Los españoles son muy tranquilos, disfrutan el momento
y la vida y nunca tienen estrés. Si llegan tarde a una cita, no están
estresados y llegan tarde. Si se quedan dormidos, no pasa nada. Se levantan con
tranquilidad, avisan a su jefe, a su entrenador, a su amigo o a cualquier
persona y llegan tarde. Yo de lo que estoy
hasta el gorro es de que mis amigos españoles o las personas a las que he
conocido nunca lleguen a la hora.

Siempre cuando me llaman o me escriben una
mensaje yo ya sé que vendrán tarde. En mi país estas cosas no pasan porque en
Alemania es normal llegar puntual, especialmente al trabajo. Llegar tarde al
trabajo, causa mal efecto y por si fuera es un motivo rescindirte el contrato
de trabajo. Por eso la gente en Alemania es puntual y más estresada que aquí. Además
estoy hasta las narices de que las
tiendas abran a las 9.30 de la mañana y cierren a las 13.00/ 14.00 de mediodía
para que los vendedores puedan comer. Soy madrugadora y me gusta levantarme
temprano para ir de compras por la mañana. Además cuando olvido algo lo quiero
comporar al mediodía o por la tarde, pero siempre me ocurre que las tiendas
están cerradas cuando estoy delante de la tienda y me enfado. Me pone de los nervios que los horarios
estén así y encima me pone atacá que
los vendedores no lleguen puntual y abran 10 o 15 minutos tarde. Ya no aguanto más, ¡Ya está bien, hombre, ya está bien!
Estoy de acuerdo contigo.... odio que la gente siempre llegan tarde!
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